Diferencias en el deseo sexual en pareja: causas y soluciones

febrero 24, 2025

¿Es normal tener menos deseo sexual que mi pareja?

¿Alguna vez has sentido que tú y tu pareja no estáis en sintonía?, ¿que cada vez es más difícil encontrar momentos para conectar?, ¿que parece que ya no hay tiempo para tener relaciones? Tal vez uno de los dos tiene más ganas que el otro, o quizás habéis pasado por una fase en la que el deseo simplemente no fluye como antes. Estas diferencias pueden generar frustración, inseguridad e incluso distancia en la relación.

La buena noticia es que las discrepancias en el deseo sexual son completamente normales y, lo más importante, tienen solución. En este artículo, exploraremos por qué ocurren, cómo afrontarlas sin que se conviertan en un problema y qué estrategias pueden ayudaros a recuperar la conexión. ¡Sigue leyendo y descubre cómo gestionar este reto juntos!En las relaciones largas, es normal que los niveles de deseo sexual de los miembros de la pareja no siempre coincidan. Esto no es motivo de preocupación, a menos que se convierta en un problema persistente que genere un estrés significativo en la relación.

Las diferencias en el deseo son comunes. De hecho, una encuesta sexual en Reino Unido encontró que aproximadamente 1 de cada 4 adultos en pareja experimentó este problema. Además, estas discrepancias son una de las razones más frecuentes por las que las parejas buscan terapia sexual.

¿Qué puedes hacer si estás en una relación en la que tú y tu pareja deseáis cantidades o tipos de sexo muy diferentes?


Las diferencias en el deseo afectan a la pareja, no solo a uno de los dos

Para empezar, es importante ver esto como un asunto de pareja en lugar de un problema de un solo miembro. Cuando las parejas comienzan a culparse o avergonzarse mutuamente por querer «demasiado» o «muy poco» sexo, no llegan a ninguna parte. Es necesario abordarlo como una cuestión relacional y trabajarlo juntos en lugar de afrontarlo en solitario.

A menudo, se asume que quien tiene menos deseo sexual es quien tiene un problema, pero esta idea no es justa. No hay un estándar universal que determine cuánta libido es «suficiente» o cuándo es demasiado baja. Por otro lado, la persona con mayor deseo puede experimentar rechazo cuando su pareja no quiere mantener relaciones, mientras que quien tiene menos ganas puede cargar con culpa por no estar en sintonía en esos momentos. Estas diferencias pueden generar emociones desagradables, como la sensación de no ser suficiente para el otro o el resentimiento por sentirse incomprendido.

También es importante identificar si hay problemas de salud o factores de estrés que puedan estar afectando el deseo, como la fatiga crónica, la alta carga laboral o la llegada de un bebé. En ocasiones, es necesario abordar esos problemas antes de enfocarse en la vida sexual, ya que pueden estar estrechamente relacionados. Puede ser útil hablar con un médico, reevaluar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal o identificar otros factores que puedan estar afectando la libido antes de hacer cualquier otro cambio. Es importante saber que la libido fluctúa de manera natural dependiendo de la situación vital en la que te encuentres.


La comunicación positiva es clave

La comunicación es un pilar fundamental en cualquier relación, y cuando se trata de la intimidad, aún más. Tu pareja no siempre sabe exactamente qué te gusta o qué necesitas, por lo que esperar que lo adivine puede llevaros a malentendidos.

En muchos casos, la falta de deseo surge no porque no exista atracción, sino porque tu pareja no está respondiendo a tus necesidades. Sin embargo, muchas personas tienden a pensar que los problemas en la intimidad reflejan una desconexión emocional o problemas más graves en la relación. Esto hace que se evite el tema por vergüenza o incomodidad.

Por ello, es esencial dedicar tiempo a hablar sobre el deseo y explorar juntos qué resulta placentero para cada uno. Mejorar la calidad de los encuentros puede despertar un mayor interés y fortalecer la conexión en pareja.

Al abordar este tema, es importante hacerlo desde el respeto y la empatía. Incluso si no se comprende completamente el punto de vista del otro, es posible demostrar apoyo y compromiso con la relación. Las parejas que están dispuestas a hablar abiertamente sobre sus diferencias tienen más posibilidades de fortalecer su vínculo y redescubrir su deseo.

Claves para una comunicación sana en pareja: 

  • Escuchar sin juzgar
  • Validar los sentimientos del otro
  • Respetar las necesidades individuales
  • Aceptar que las diferencias son normales
  • Expresarse con honestidad y claridad
  • Tener en cuenta los miedos de la pareja
  • No tomarse las diferencias de deseo como algo personal

Si estás interesado/a también podría ayudarte nuestro artículo sobre asertividad.

Considerar programar el sexo

Otra estrategia útil puede ser planificar los encuentros sexuales o establecer citas regulares. Para algunas personas, el sexo programado puede no parecer muy excitante, ya que solemos pensar que «debería» ser espontáneo. Sin embargo, tiene ventajas.

Cuando el sexo está en la agenda, se pueden organizar otras responsabilidades en torno a él, reduciendo interferencias y distracciones. Además, permite generar deseo de forma gradual, por ejemplo, coqueteando durante horas o incluso días antes del encuentro. Esto puede aumentar la probabilidad de que ambos estén en sintonía cuando llegue el momento.

Importante: si te sientes incómodo/a u obligado/a, tal vez sea el momento de reflexionar sobre tus necesidades y tener una conversación abierta con tu pareja. Si no surge el deseo después de iniciar la relación sexual, siempre puedes retirar tu consentimiento en cualquier momento.

Conclusión

Las diferencias en el deseo sexual son una realidad en muchas relaciones y no tienen por qué convertirse en un problema insalvable. Lo importante es abordarlas desde la empatía, la comunicación abierta y el respeto mutuo.

Cada pareja es única, y no existe una solución universal, pero con comprensión y disposición para trabajar juntos, es posible encontrar un equilibrio satisfactorio. Y si en algún momento sentís que la situación se vuelve difícil de manejar, buscar ayuda profesional puede ser un paso valioso.

Recordad que la clave no está en tener el mismo deseo todo el tiempo, sino en encontrar juntos un camino que os haga sentir plenos y conectados.

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