Tener una relación de pareja saludable y satisfactoria no depende de un único factor. La comunicación, la confianza, el respeto, el tiempo de calidad con el otro, los intereses comunes, los objetivos compartidos o la expresión de afecto son variables fundamentales que determinan el éxito en una relación de dos.
No obstante, incluso en las relaciones de pareja en las que la mayoría de los factores mencionados están cubiertos, hay un enemigo que con frecuencia se instala afectando a la conexión y el bienestar emocional: la monotonía. La vida diaria, las responsabilidades y los compromisos pueden hacer que las parejas caigan en una espiral de costumbres, perdiendo la chispa y el disfrute mutuo. Ya nos lo decía Shakira en su canción… Sin embargo, la buena noticia es que: ¡existen formas de romper con la rutina de pareja y revitalizar la relación!
En este artículo, exploraremos algunas claves y ejercicios prácticos que pueden ayudarte a recuperar la conexión con tu pareja.
1) Redescubrirse a través de la comunicación
Uno de los pilares fundamentales de cualquier relación es la comunicación. Con el paso del tiempo, es fácil que las conversaciones se centren exclusivamente en lo práctico del día a día: trabajo, dinero, hijos, y compromisos diarios. Sin embargo, se dejan de lado conversaciones sobre la propia relación, el estado emocional de cada uno de los miembros, los momentos vividos, los sueños propios o compartidos, las fantasías o las metas de futuro.
Ejercicio práctico: “El Juego de las Preguntas”:
Dedica 15-30 minutos a hacer preguntas profundas o divertidas que fomenten la conexión emocional.
Nuestra propuesta es que hagas pequeñas tarjetas con cartulina. En cada tarjeta, escribe una pregunta. Elegid un momento en el que estéis tranquilos y jugad a coger tarjetas al azar y haceros las preguntas entre vosotros.
Aquí te dejamos algunos ejemplos:
– ¿Cuál es el momento más especial, para ti, que hemos vivido juntos?
– ¿Cuál es tu recuerdo favorito de la infancia?
– ¿Qué es lo que más te gustó de mí la primera vez que me viste?
– Si pudieses elegir tu vida desde el inicio como si de un sueño se tratase, ¿qué cambiarías?
– ¿Cuál es la mejor experiencia sexual que recuerdas conmigo?
– ¿Por qué 3 cosas estás agradecido/a en tu vida actual?
– ¿Una canción que te recuerde a mí y por qué?
– ¿Tienes alguna fantasía sexual que te gustaría cumplir conmigo y no me hayas dicho por vergüenza?
– Dime un momento en el que te hayas sentido orgulloso/a de mí.
– Si nuestra relación de pareja fuese una película, ¿qué título le pondrías?
– ¿Qué es lo qué más valoras de ti mismo/a?
¡Seguro que se te ocurren muchas más!
2) Planificar citas especiales
Las parejas a menudo caen en la trampa de la comodidad, donde se convierten en compañeros de vida más que en amantes. Salir de la rutina requiere tiempo de calidad juntos, fuera de la vida cotidiana. Planificar citas románticas o de aventura puede ayudar a mantener la chispa viva.
Ejercicio práctico: “Cita Sorpresa”:
Una vez al mes, cada uno de los miembros de la pareja debe planificar una cita sorpresa para el otro. Puede ser algo sencillo como una cena especial en casa con un plato que no soláis cocinar y os guste, un paseo por una parte de la ciudad que no conozcáis o una actividad diferente como clases de cocina o cerámica. ¡Lo importante es salir de la rutina y crear momentos especiales!
3) Focalizarse en lo bueno y en lo que os une
Uno de los mayores errores en las relaciones de pareja que caen en la monotonía es ignorar por completo lo positivo del otro. Con frecuencia, no solo se pasa por alto, sino que el enfoque se dirige hacia lo negativo: lo que le falta a la otra persona, lo que no me gusta o lo que quiero que cambie. Pero ¿y lo que sí me gusta? ¿y las cosas que el otro hace bien?, ¿y lo que tenemos en común? Es fundamental tener presentes las cualidades y acciones positivas de la pareja, así como comunicárselas, para no caer en la queja y en una dinámica negativa.
Ejercicio práctico: “Pilla a tu pareja haciendo algo positivo”:
Proponte hacer el siguiente ejercicio durante una semana y observa los resultados. Consiste en prestar atención a las pequeñas acciones positivas que tu pareja realiza en el día a día (ej.: como tirar la basura, preparar el café por la mañana, enviarte un mensaje de “buenos días” o, simplemente, escucharte o sonreírte) y reconocerlos de manera explícita.
El objetivo es cambiar el foco de la rutina y las quejas hacia la apreciación y el refuerzo de lo positivo.
Para ello, cada día, apunta al menos una acción positiva de tu pareja y expresarle tu gratitud o reconocimiento de forma genuina (por ejemplo: “gracias por bajar la basura cada día”, “me gusta que me escuches con atención cuando te cuento algo sobre el trabajo”). Pequeños actos de reconocimiento pueden generar un impacto significativo en la dinámica de la relación, fomentando la cercanía y la complicidad.
4) Fomentar el contacto físico y la intimidad
El contacto físico no se limita solo al sexo. Abrazos, caricias, besos y otros gestos físicos cotidianos son esenciales para fortalecer el vínculo emocional. A veces, la rutina puede llevar a que estas muestras de cariño se reduzcan, afectando la cercanía emocional.
Ejercicio práctico: “Desconexión para Conexión”:
Establece un momento diario de desconexión digital en el que dejéis de lado el teléfono, la televisión y otras distracciones. Durante ese tiempo, acurrúcate con tu pareja, daos la mano, hablad o miraos a los ojos. La idea es reencontrarse a través de la cercanía física y emocional.
5) Desarrollar proyectos comunes
Es importante que ambos miembros de la pareja tengan intereses y pasatiempos individuales, pero también es fundamental crear proyectos y objetivos comunes que permitan compartir y trabajar en equipo.
Ejercicio práctico: “Proyecto en Pareja”:
Elige una actividad que no hayáis hecho antes juntos o que llevéis tiempo sin realizar, pero que a ambos os interese. Puede ser aprender un nuevo idioma, cambiar la decoración del salón, comenzar a hacer ejercicio, ir a un espectáculo, o viajar a un lugar desconocido. El trabajo en equipo y la emoción de construir algo juntos fortalece el vínculo.
6) Practicar la gratitud mutua
La rutina puede hacer que se den por sentados ciertos aspectos de la relación. Practicar la gratitud regularmente ayuda a mantener la apreciación y el reconocimiento de los esfuerzos del otro.
Ejercicio práctico: “El Diario de la Gratitud”:
Al final de cada día, dedica unos minutos a escribir tres cosas por las que estás agradecido con tu pareja. Pueden ser gestos pequeños, como una sonrisa, su implicación en el trabajo o un momento juntos. Comparte tus pensamientos al final de la semana y reflexiona con tu pareja sobre lo que más valoras de la relación.
7) Ir a terapia de pareja
Muchas de las cosas que se mencionan en este artículo parecen sencillas cuando se leen desde la distancia. No obstante, llevarlas a la práctica a veces es más complicado de lo que se cree. Especialmente, si la relación ya está dañada por motivos previos. En casos en los que hay cuestiones de fondo que trabajar, recomendamos el apoyo y orientación de un profesional de la psicología.
Conclusión
Romper la rutina y la monotonía en pareja no significa hacer cambios drásticos ni grandes sacrificios. Se trata de invertir tiempo y esfuerzo en mantener la conexión emocional, explorar nuevos horizontes juntos y cultivar momentos de intimidad y gratitud. Los pequeños gestos y hábitos diarios pueden hacer una gran diferencia, manteniendo viva la chispa y el amor en la relación.